BioAgriFood Future https://bioagrifoodfuture.org Donde los líderes hablan sobre el Futuro de la Agricultura y la Alimentación Wed, 24 May 2023 22:51:17 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.4.4 https://bioagrifoodfuture.org/wp-content/uploads/2023/05/logo-baff2030-150x150.png BioAgriFood Future https://bioagrifoodfuture.org 32 32 Digitalización de la Agricultura en el Perú https://bioagrifoodfuture.org/digitalizacion/ Wed, 11 Mar 2020 19:52:55 +0000 https://bioagrifoodfuture.org/?p=511

El pasado 24 de febrero junto con Omar del Carpio (Gerente de Prospectiva y Gestión Estratégica de Project A+) tuvimos la oportunidad de participar como facilitadores en una mesa técnica con la finalidad de recoger impresiones de expertos para el diagnóstico sobre el ecosistema digital para la agroindustria. Esto se desarrolló en el marco del trabajo que viene realizando el Ministerio de la Producción en la elaboración de una Hoja de Ruta para el Desarrollo de la Economía Digital en el Perú. Si bien este proceso se encuentra aún en camino, gracias a este taller, nos surgieron algunas preguntas sobre ¿Qué implica incorporar la tecnología en la agricultura? y ¿Cómo puede impactar en nuestra actividad diaria, principalmente a aquellos involucrados en el sector agroalimentario? o ¿Qué factores intervienen en la adopción de estas tecnologías? Estas cuestiones me animaron a realizar una rápida revisión de investigaciones acerca estos temas y tratar de comprender cómo el factor humano interactúa con esta creciente tendencia de la digitalización en la agricultura.

Antes de continuar, es importante definir a que nos referimos con digitalización de la agricultura, y una primera aproximación nos brinda la FAO que la considera como un elemento que puede potenciar el desarrollo agrario, a través de la mejora de procesos de información y comunicación (TIC)[1]. Sin embargo, con el tiempo las formas de abordaje han ido cambiando, incorporando otras tecnologías además de las TICs, como la agricultura 4.0, agricultura de precisión o agricultura inteligente. Independientemente del término utilizado, la digitalización implica la automatización de tareas de gestión desde una unidad productiva hasta cubrir toda la cadena de valor y el sistema alimentario, concentrándose en el uso de diferentes tipos de datos generados (ubicación, clima, comportamiento, economía, etc.), utilizando sensores, maquinas, drones y satélites para monitorear animales, tierra, agua, plantas y humanos. Esta data colectada se analiza para interpretar el pasado y predecir futuras situaciones que nos permita tomar decisiones más oportunas y/o precisas gracias al monitoreo constante de la información[2].

Hoy en día existe una gran expectativa sobre la digitalización y su potencial transformador en el sistema agroalimentario. Esto se evidencia en palabras del Director General Adjunto de la Organización Mundial del Comercio, Alan Wolf[3], quien mencionó: El contexto tecnológico en el que se establecerán las políticas agrícolas está evolucionando con gran rapidez. La economía mundial está claramente en vías de convertirse en una economía en gran medida digital. La inteligencia artificial, aunque menos conocida, desempeñará un papel cada vez mayor. La biotecnología dará forma a la producción de alimentos. Estas fuerzas, unidas, configurarán la agricultura mundial en los decenios venideros. Los cambios introducidos serán tan profundos como los que se produjeron a causa de la Revolución Verde.

La digitalización de las empresas agroindustriales se enfoca principalmente en una agricultura de precisión; en cambio en el ámbito rural se centra en la adopción y no adopción de las TICs[2]. Este escenario responde entre muchos factores, también a la capacidad de invertir en tecnología; considerando esto a continuación, se describirá diferentes formas en la cual la digitalización se incorpora, evoluciona y transforma la agroindustria y el sistema agroalimentario.

Respecto a la adopción de nuevas tecnologías por los agricultores; si consideramos el enfoque comercial, se muestran ofertas de soluciones tecnológicas a modo de “paquetes” que no necesariamente cumplen con las prioridades y objetivos de los agricultores, generando frustración en cierta medida. Tal es el caso de la implementación de un sistema de riego automatizado, donde la compatibilidad del software a ciertos equipos y componentes para su funcionamiento, se convierte en una estrategia de retención del cliente, pudiendo entrar en conflicto ante su nula disponibilidad en etapas críticas de producción. Sin embargo, esto no impide la implementación de estas tecnologías[4].

Asimismo, si consideramos el enfoque de incertidumbre en la disponibilidad de recursos, como la falta de agua ante ausencia de lluvias o la dependencia a la asignación de cuotas de agua para riego, que podría ser insuficiente para la producción; estas condiciones generan cierta resistencia en el agricultor al momento de decidir en la inversión de nuevas tecnologías[4].

No obstante, si bien estos enfoques muestran condiciones que limitan la adopción de tecnologías por parte de los agricultores; estos toman acciones para evitarlas. Por un lado, adaptan la tecnología disponible a sus necesidades, a partir de modificaciones puntuales de los equipos y/o componentes para el caso de la automatización del riego; por otro lado, los agricultores adaptan sus diseños, planes y prácticas de producción a las tecnologías, otorgándose la posibilidad de alquilar en vez de adquirir y permitiendo a los medianos agricultores poder adoptar nuevas soluciones tecnológicas[4].

Otro aspecto que determina la decisión de inversión recae en la incertidumbre que genera el futuro rendimiento de la tecnología, es decir, si se percibe que la solución tecnológica ofertada pueda mejorar a futuro; o si a corto plazo pueda aparecer una alternativa mejor a la tecnología ofertada en ese momento[5]. Esto se observa en el caso de drones adaptados para la agricultura, cuya posibilidad de constituir enjambres autónomos de drones para recopilar datos y realizar tareas (como la pulverización para control sanitario y/o fertilización foliar), pueda convertirse en realidad. Esto depende de mejoras en calidad de sensores para la toma de datos y software que pueda realizar el cálculo y automatizarse[6].

Figura 1. Volumen de inversión en Agri-Food Tech en el 2019 por el fondo de venture capital – AgFunder[14]

Por otro lado, la digitalización de la agricultura, genera necesidades como la de adoptar sistemas de ciberseguridad para afrontar las posibles amenazas, no solo a nivel de ataques cibernéticos, sino en la posibilidad de modificación y/o fuga de datos, desclasificando datos relevantes para otros interesados; pudiendo interferir las operaciones de los equipos agrícolas o conducir a la toma de decisiones erróneas[7].

A medida que las maquinas comiencen a interpretar, aprender y tomar decisiones a partir de sus propias experiencias basadas en datos a través del aprendizaje automático no supervisado, nos obligará a aceptar y tratar de comprender la relación hombre-máquina, afectando los sistemas de innovación y sus estructuras de apoyo, los modelos de negocios agrícolas, las cadenas de valor, las redes y sus relaciones. Este escenario requiere explorar cuestiones sociales, éticas y técnicas; como es la aplicación de principios de investigación e innovación responsable para la digitalización de los sistemas de producción, cadenas de valor y sistemas agroalimentarios. Asimismo, el diseño de gobernanza de datos para asegurar que los beneficios se distribuyan equitativamente entre los actores del sistema [2][8].

El desequilibrio de poder en favor de unos pocos actores del sistema agroalimentario se podría dar gracias a la digitalización de la agricultura y se evidencia en casos como el desarrollo de innovaciones en Big Data, Inteligencia Artificial y semillas genéticamente modificadas que pueden permitir, por su diseño y configuraciones de su propiedad intelectual, la consolidación del poder entre las empresas proveedoras de soluciones tecnológicas. Es por ello, la importancia de abordar desde el gobierno, la regulación de los acuerdos de privacidad y uso de datos por parte de las empresas y terceros [9][10].

Además, la digitalización de la agricultura podría generar ciertos temores en agricultores y trabajadores agrícolas por las nuevas demandas de recursos humanos con conocimientos y habilidades tecnológicas que bien podría desplazar, excluir o discriminar a aquellos que no cumplen con estos nuevos requerimientos. Sin embargo, una medida contingente que se menciona, es la posibilidad de combinar los conocimientos y habilidades digitales con las habilidades analógicas e incorporarse en las prácticas de producción[2]. Por otro lado, la digitalización también podría afectar la identidad de género en la actividad agrícola, gracias a los discursos y argumentos que rodean los avances tecnológicos, ya que construyen en parte las expectativas sobre el rol del género en las actividades agrícolas[11].

Figura 2.Las 12 tecnologías que tendrán más impacto económico al 2025 en billones de dólares anuales, según el Instituto Global Mc Kinsey[12][13]

La digitalización también puede cambiar la cultura de la agricultura que se caracteriza por un manejo práctico y basado en la experiencia a un enfoque basado en datos. Cambiando rutinas y prácticas agrícolas condicionadas por la racionalidad algorítmica. Aquí se abre un tema para analizar, y es cómo afectaría la digitalización en los sistemas de producción no convencionales como la agroecología o la agricultura orgánica[2]. La cadena de café en el Perú está conformada principalmente por asociaciones de agricultores que poseen pequeñas unidades productivas, y se caracteriza por sus diversos modelos de producción sostenible y amigable con el ambiente; ante esto surgen más preguntas: ¿Cuáles son los factores críticos que pueden viabilizar la digitalización en la cadena de café en el Perú? ¿Cómo sería el impacto de la digitalización de la cadena de café de Perú? ¿Cuál sería el rol del pequeño agricultor en la adopción de una agricultura digital?

Este panorama nos da la certeza que la agroindustria evolucionara con estas tecnologías emergentes y solo es cuestión de tiempo para que se implemente en el Perú. Asimismo, se identificó que el estado cumple un rol clave en este proceso de digitalización, generando las condiciones para adoptar estas tecnologías y asegurando que las brechas existentes con otros sistemas productivos sean mínimas. ¡Es claro el enorme reto que se tiene!Referencias

[1]       FAO, “E-AGRICULTURA,” Rome, 2007.

[2]       L. Klerkx, E. Jakku, and P. Labarthe, “A review of social science on digital agriculture, smart farming and agriculture 4.0: New contributions and a future research agenda,” NJAS – Wageningen J. Life Sci., vol. 90–91, no. October, p. 100315, 2019.

[3]       WTO, “OMC | Noticias 2020 – Discurso – DDG Alan Wolff – Director General Adjunto Alan Wolff: Ha llegado el momento de actualizar el conjunto de normas de la OMC relativas a la agricultura,” 18-Jan-2020.

[4]       V. Higgins, M. Bryant, A. Howell, and J. Battersby, “Ordering adoption: Materiality, knowledge and farmer engagement with precision agriculture technologies,” J. Rural Stud., vol. 55, pp. 193–202, 2017.

[5]       C. J. Rutten, W. Steeneveld, A. G. J. M. Oude Lansink, and H. Hogeveen, “Delaying investments in sensor technology: The rationality of dairy farmers’ investment decisions illustrated within the framework of real options theory,” J. Dairy Sci., vol. 101, no. 8, pp. 7650–7660, 2018.

[6]       M. De Clercq, A. Vats, and A. Biel, “Agriculture 4.0: the Future of Farming Technology,” World Gov. Summit Rep., no. February, p. 30, 2018.

[7]       N. M. Trendov, S. Varas, and M. Zeng, Digital technologies in agriculture and rural areas – Status report, vol. 194. 2019.

[8]       M. Shepherd, J. A. Turner, B. Small, and D. Wheeler, “Priorities for science to overcome hurdles thwarting the full promise of the ‘digital agriculture’ revolution,” J. Sci. Food Agric., no. May, 2018.

[9]       K. Bronson and I. Knezevic, “The digital divide and how it matters for Canadian food system equity,” Can. J. Commun., vol. 44, no. 2, pp. 63–68, 2019.

[10]     K. Bronson, “Smart Farming: Including Rights Holders for Responsible Agricultural Innovation,” Technol. Innov. Manag. Rev., vol. 8, no. 2, pp. 7–14, 2018.

[11]     C. Bear and L. Holloway, “Country Life: Agricultural Technologies and the Emergence of New Rural Subjectivities,” Geogr. Compass, vol. 9, no. 6, pp. 303–315, 2015.

[12]     PROJECT-A MAS, “BIOAGRIFOOD FUTURE PERUVIAN SCENARIOS 2030: Construyamos el futuro para una alimentación saludable y sostenible,” Lima, Perú, 2019.

[13]     J. Manyika, M. Chui, and J. Bughin, “Disruptive technologies: Advances that will transform life, business, and the global economy,” 2013.

[14]     Agfunder, “AgFunder Agri-FoodTech,” 2019.

]]>